Cuentan por ahí que los "primeros", de cualquier cosa, son lo mas emocionantes de la vida.
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¿Te acuerdas de tus primeros pasos cuando eras aún un bebé? Lo mas seguro es que no, pero tus padres seguro que lo recuerdan con mucha emoción!! Yo recuerdo perfectamente los primeros pasitos de mi hijo. Sentí un gozo indescriptible que no cabía dentro de mi pecho.
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¿y que no decir de tu primer video juego? Cuando abriste el paquete y miraste que dentro había un "cassette" con Pacman, Mario Bros o Donkey Kong, ¿no sentiste que nada mejor te podía dar la vida?
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O aquel primer beso... ¡Que delicia!, ¿no?. Sentiste como que habías subido a una cuarta o quinta dimensión y que millones de aves revoloteaban en tu vientre. Cerraste tus ojos y pensaste que esos labios que hacían contacto con los tuyos estaban cargados de 20,000 watts de energía pura, y que te recorría por tu columna vertebral hasta hacerte vibrar de pasión.
Y así sucesivamente... tu primer trabajo, tu primer vehículo, tu primer salario recibido, tu primer hijo, tu primera noche de casado (si lo eres), tu primer intento de negocio.... etcétera.
Luego, nos acostumbramos tanto a las rutinas, que esos "primeros" dejan de ser emocionantes y nos parecen una parte mas de la vida que simplemente tienen que estar ahí.
Esos besos, ¿ya no parecen tan electrizantes, o si?
Esos pasitos de tu hijo, son tan rutinarios que ya no le damos importancia al hecho de que el pueda caminar, o ¿si?
He llegado a la conclusión de que las rutinas matan las emociones y vuelven nuestra vida una pesada monotonía.
Despiertas. Te das un baño (aunque algunos solo se lavan la cara...). Desayunas. Vas al trabajo y haces lo de siempre. Vuelves a casa cansado y te sientas frente al televisor mientras tratas de deglutir algo de tu cena. Luego, instintivamente vas a la cama a dormir, para al día siguiente empezar todo de nuevo en ese círculo vicioso en el que te encuentras.
Y ¿que de nuestro primer amor con Dios? ¿Recuerdas ese encuentro, si es que alguna vez lo has tenido?
¿Cómo fue? ¿Fue en una iglesia, en una campaña evangelística, o a solas en tu casa?
yo si lo recuerdo...fue cuando yo tenía 7 años en un campo a un par de kilómetros de mi casa en mi ciudad natal. En una campaña evangelística, hicieron una invitación a aceptar a Jesús como nuestro salvador. Le pregunté a mi madre si podía hacerlo, a lo que ella me contestó con una gran sonrisa en sus labios y me guió suavemente hacia adelante, empujando mi cabeza con amor. Llegamos al frente de la tarima que hacía de escenario y el predicador de esa ocasión puso sus manos sobre mí y oró. Yo lloré y mi madre me abrazó fuertemente hasta hacerme sentir seguro en sus brazos. Esa noche, me sentí un verdadero "cristiano".
Luego de eso, durante toda mi vida como cristiano he tenido altos y bajos. Momentos en los que siento literalmente a mi Cristo posando sus manos sobre mi cabeza y así también, momentos en los que ni siquiera me acuerdo de orar.
Hace un par de noches, leyendo mi Biblia y aburrido de las rutinas de mi vida, recordé este pasaje:
Apocalipsis 2:2-4
Nueva Versión Internacional (NVI)
2 Conozco tus obras, tu duro trabajo y tu perseverancia. Sé que no puedes soportar a los malvados, y que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles pero no lo son; y has descubierto que son falsos. 3 Has perseverado y sufrido por mi nombre, sin desanimarte. 4 Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor.
Cuanto parece describirme este pasaje... tu perseverancia!! Aunque he cometido muchos errores y he sufrido muchas cosas feas en mi vida, nunca he dejado de levantarme. Nunca he dejado de regresar a Dios cuando me he alejado de El. Pero, a pesar de ello, ese primer amor, ese encuentro a diario con Dios había quedado relegado a segundos términos, aunque nunca lo había visto como un problema.
Ahora, se que tengo un problema y ya lo identifiqué: La Rutina!!!
Hice de mi relación con Dios algo tan rutinario (en el sentido aburrido de la palabra!!) que simplemente dejé de buscar nuevas dimensiones en esa relación. Dejé de buscar nuevas experiencias con Dios, y peor aún, dejé de tener comunión con el Espíritu Santo de Dios.
Pero, gracias a Dios, ahora sé que hacer. He dejado un poco de lado a la rutina con mi Dios y he vuelto a buscar su rostro de mañana. Trato de leer la Biblia y le Pido al Espíritu Santo que me ayude a entender lo que leo.
Siento que mi energía espiritual está recargando de nuevo, y así, siento que tengo algo nuevo que dar a los demás.
No se de usted, amigo o amiga que lee en este momento, pero yo he decidido tener una relación mas íntima con mi Dios. He decidido reactivar el primer amor con mi Dios.
¿Quiere usted tener esa relación también? Empiece ahora mismo. No le tomará mucho tiempo al día. De hecho, solo necesita un corazón dispuesto y deseoso de la presencia de Dios.
Estar en Presencia de Dios es una experiencia renovadora. Es un manantial en el desierto. Es miel a los labios y gozo inefable al decaído. Es estar en una máquina que detiene el tiempo y nos hace sentir que lo que vivimos fue solo un momento, cuando en realidad ha sido un largo tiempo el que hemos estado ahí.
Estar en la presencia de Dios y sentir ese primer amor es una experiencia, que aunque se viva todos los días, no aburre, no cansa y nunca puedes olvidar!!
Muy bien, me has hecho recordar varios de mis "primeros" y cuestionarme un poco acerca de mi primer amor con Dios.
ResponderEliminarTe felicito y animo a seguir escribiendo
Gracias por tus Palabras Hermano. Gracias por animarme y creéme que seguiré escribiendo!!
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