Siento en estos momentos una llama que arde en mi interior. Es una llama que fue encendida por la situación social que vive mi país. Este amado terruño que me vio nacer, está siendo convulsionado porque fue creado por Dios para que TODOS sus hijos vivamos en paz y abundancia, pero sus abundantes riquezas están siendo consumidas indiscriminadamente solo por unos pocos. Honduras no está sangrando, pero está llorando lágrimas de sangre al ver que unos cuantos se han apoderado de su territorio y lo venden al mejor postor como si fuesen dueños de algo. No comprenden que somos simples administradores de los bienes que adquirimos, puesto que al final de nuestra existencia en esta tierra nada nos llevaremos de aquí. Así que en lugar de malgastar sus preciados tesoros, deberíamos tratar de administrar a Honduras de una forma sensata, si, pero sobre todo HONESTA. Pero lejos están de nuestras memorias los que algún día lucharon y dieron su vida por nuestra patria, por la igualdad para todo...
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