¿Por quién votaré?

Basado en los últimos 20 años, en Honduras, la diferencia entre "votar" y "botar" no ha sido muy grande. Basta con ver la forma en que se ha manipulado una y otra vez nuestra constitución y las leyes para asolapar antojadizos desenfrenos de algunos en la cima del poder político, para saber que nuestros votos no han marcado una verdadera diferencia.

Y es que, o bien nuestros votos son los villanos de la película, o pudieran ser los héroes que generan cambios positivos en nuestra nación.

Por décadas, nuestra manera de votar ha sido netamente partidista y por el color de una bandera, aunque los candidatos de nuestros partidos no sean la mejor opción para gobernarnos.

Al hablar de aptitudes de nuestros candidatos, podemos observar, de acuerdo a la ley de municipalidades de Honduras, que radica incluso en nuestras leyes, parte de la culpabilidad de que quienes llegan a estos puestos de elección no tengan la capacidad de Gobernarnos.

Según la mencionada ley, los requisitos para optar a un cargo de Corporación Municipal, incluyendo los de Alcalde, Vice-Alcalde y Regidores son:

Artículo 27.- (Según Reforma por Decreto 48-91).- Para ser miembro de 

la Corporación Municipal se requiere:

1) Ser hondureño nacido en el municipio o estar domiciliado en el mismo 

por más de cinco años consecutivos; 

2) Ser mayor de dieciocho años y estar en el goce de sus derechos políticos; 

y, 

3) Saber leer y escribir

¿Nada más?? ¿Para ser alcalde no se exige tener una preparación académica suficiente para capacitarle a tomar buenas decisiones? Bueno, pues así son nuestras leyes, y por eso no es de extrañarnos que lleguen a esos cargos personas que no están aptas para la toma de decisiones o para saber tal o cual recurso utilizar en tales o cuales proyectos.

Por esa razón, se han visto innumerables casos de personas sin preparación, ostentando cargos de alcaldes, y como no tienen los conocimientos académicos necesarios, la gente a su alrededor, como el administrador, el tesorero, el gerente o el asesor legal (quienes no siempre son personas con principios de moralidad) les inducen a realizar las mas grandes estupideces y desaguisados que pueden llegar a tomar incluso el nivel de fechorías.

Sin embargo, para ostentar un cargo de ese nivel, no solo debería ser un requisito indispensable la preparación académica adecuada que les permita ser buenos gestores y administradores de los bienes públicos. También, debería ser mandatorio para un servidor público, gozar de una buena reputación en cuanto a moralidad y honestidad se refiere. Pero, estos valores, ni siquiera aparecen en esta lista de requisitos.

Y si a esa fórmula le sumamos la falta de valores espirituales (que conste que no estoy hablando de "X" o "Y" religión) que la mayoría de los candidatos posee, tenemos todos los ingredientes necesarios para hacer una sopa de "Desastres y Corrupción"

¿Sabe usted mi estimado (a) lector (a) cuales son los requisitos para ser candidato a la presidencia? Para optar a esos cargos deberíamos tener mas altos estándares, ¿o no?

Según nuestra amada Constitución de la República, los requisitos para optar a ese importantísimo cargo son:

Artículo 238.- Para ser Presidente de la República o designado a la presidencia, se requiere:

Ser hondureño por nacimiento; 

Ser mayor de treinta años; 

Estar en el goce de los derechos del ciudadano; y, 

Ser del Estado seglar (o sea, no religioso) 

¿¿¿Qué??? ¿¿¿Sólo eso??? ¡Dios mío Santísimo!

O sea que ¿para gobernar mi país no necesito de ninguna preparación académica que me capacite para la toma de decisiones ni para administrar los caudales públicos, sino solo lo mencionado arriba?

Ahora me queda claro, porque un país como Honduras, que tiene tantas riquezas naturales y una población de gente tan bella, está en la actual situación calamitosa.

Me cuesta digerir esta verdad. 

¿Habrá alguien, de todos los actuales pre-candidatos que reúna las condiciones para gobernarnos?

Según un reportaje de Diario la Prensa de San Pedro Sula del 1 de Noviembre pasado, unos 50 mil aspirantes a cargos de elección popular buscan ocupar cerca de nueve mil candidaturas.

Escuché recientemente a un amigo decir lo siguiente: "De todos los candidatos, ni licuados se saca uno bueno" ¿Será cierto esto? ¿Será que no tenemos una verdadera opción en quien podamos al menos tener la confianza de que no viene con las abiertas intenciones de robar y hacer desastres?

Y es que basta solamente con ver las campañas publicitarias poco serias que algunos ostentan. 

Algunos, tratan de resaltar su popularidad haciendo alusión a sus peculiaridades físicas, como el de los "chocoyos" o el del "lunarcito". 

Algunos quieren hacernos creer que son la salvación de nuestro municipio solo porque tienen "el ombligo enterrado" en ese lugar, haciendo alusión a que son nativos de ahí. Pero, como mencionó un pre-candidato a la alcaldía de mi ciudad: el amor a un lugar nace en el corazón, no en el ombligo.

Otros, quieren convencer al pueblo por lo que hicieron en el pasado, diciendo "yo ofrezco empleos porque ya lo hice antes"

Otros, se dan sobrenombres, como para que la gente se familiarice con ellos, como "papi" o "Toño Agua" o "papaíto".

Otros, tratan de sobresalir a la sombra de algún ex-presidente que tuvo una gestión mas o menos honrosa, haciendo que el tal ex-gobernante les recomiende públicamente. Algunos otros, ¡¡hacen campaña sin siquiera estar en el país!!

Y otros aun, quieren convencer al electorado para que voten por ellos, siendo personas que han estado en gremios o en cargos de elección popular, y que a sabiendas de la gente, han descaradamente despilfarrado millones de Dólares del tesoro Nacional en proyectos fantasma, reparación de calles inexistentes o en la invención de infructuosas o irreverentes propuestas mal intencionadas y disfrazadas de "Democracia" como lo fue la "Cuarta Urna". 

Existen personas de dudosa reputación que son conocidos por la gente por esa mala reputación y su falta de valores éticos y morales, y aun así, osan postularse a cargos de elección popular.

Pero, al final de cuentas, la decisión está en nosotros. Por eso, vuelvo al inicio de este artículo. ¿Quiere usted "votar" o quiere usted "botar" su voto?

La elección del mejor candidato está en nuestras manos. Nosotros y solamente nosotros podemos elegir a la persona mas capacitada para gobernarnos.

Yo le recomendaría que haga un pequeño ejercicio durante estos días que faltan para las elecciones primarias:

1. Dese a la tarea de conocer a los candidatos. Mire los foros en los que comparecen en televisión nacional. Escúchelos, y analice su forma de hablar, sus gestos, la fuerza de sus palabras al momento de dirigirse a los otros candidatos. Observe si otros lo alaban o si se alaba a si mismo, porque alguien que se alabe a si mismo no es una persona humilde, sino todo lo contrario.

2. Observe las necesidades de su entorno, y analice cual candidato invierte menos en campañas publicitarias millonarias y ofrece mas apoyo a los sectores desposeídos de su comunidad.

3. No venda su voto. El futuro de su comunidad y su país no tienen precio. ¿Cuánto vale el futuro y la seguridad de sus hijos? ¿500, 1.000 0 2.000 lempiras? Vender su voto es como renunciar a su derecho inalienable de elegir a sus gobernantes

4. Por último, pero lo mas importante, pida dirección a Dios al momento de elegir. No se deje guiar por las fotos maquilladas en "Photoshop" de la mayoría de los candidatos. Ese maquillaje, no solo encubre sus imperfecciones faciales. También, está ahí para impresionarnos y dar una apariencia de Santos, mártires o benévolos, cuando en realidad pueden ser demonios, verdugos o tiranos. Busque al mejor candidato de acuerdo a lo que Dios le haga sentir en el corazón.

Algunos se basan en decir que los actuales gobernantes, tanto políticos como de diferentes organizaciones están ahí, por lo que está escrito en la Biblia: "Dios pone reyes y quita reyes" o "Toda autoridad es puesta por Dios".

Si los eligiéramos, bajo la guianza de Dios y buscáramos su voluntad al momento de votar, entonces lo anterior sería real. Pero guiándonos por los colores de una bandera o de cualquiera de las razones que mencioné anteriormente, dudo mucho que Dios sea quien los elige. 

Ni el gobierno, ni ninguna institución que tengan autoridades "electas", las tendrá puestas por Dios, si las elecciones son enmarañadas con toda clase de triquiñuelas, como elegir por "unanimidad" a todo un grupo de personas (que es similar al famoso "voto en plancha" con lo que se pretende que todos los candidatos de un movimiento político lleguen al poder). Eso, no solo es incorrecto desde una perspectiva ética, sino que es una burla para el electorado, pues no les da mayor opción a ver mas perfiles o "rostros" que el de la "UNANIMIDAD" o la "PLANCHA".

Por esta razón mis estimados lectores, mi deseo es que todos los que estamos habilitados para ejercer el sufragio este próximo 18 de noviembre, lo hagamos con nuestro fervor de participar libremente en la elección de los que serán candidatos para convertirse en nuestras autoridades del próximo período de gobierno (2014-2018). Pero también, vayamos seguros de tomar nuestra decisión no por partidismos políticos o por cualquier razón equivocada. Hagámoslo seguros de que nuestro voto sea guiado por nuestro Divino Creador, y solo entonces podremos decir con certeza que:

"Toda Autoridad ha sido puesta por Dios"