La Raíz del problema

... Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo

Lucas 10:27

El anterior es un mandamiento Divino que nos induce a tener una relación privada y profunda con El, pero a la vez, nos guía a tener una relación de paz con nuestros prójimos. ¿Quienes son nuestros prójimos? Una vez escuché una enseñanza en la que decían que prójimo significa "próximo" y que nuestros seres más próximos son los miembros de nuestra familia y luego nuestros vecinos. Sin embargo, encontré esta definición en el diccionario:

"Cualquier persona respecto de otra en la colectividad humana"

Esa visión para mí, es un poco mas amplia. Cuando Dios nos indicó amar a nuestros prójimos se refería a amar a todos aquellos en contacto, directo o indirecto, con nosotros: Familia, vecinos, compañeros de trabajo, compañeros de escuela, colegas, la gente de otras colonias, los que comparten nuestras creencias religiosas y los que no, etcétera.

Fue siguiendo esta enseñanza de nuestro Creador, que el apóstol Pablo escribió lo siguiente:

"Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en PAZ CON TODOS los hombres"

Romanos 12:18

Pablo pareciera estarnos diciendo: "de ustedes depende, que haya paz entre todos"

"De ustedes y de su ejemplo de vida, depende que otros sigan ese ejemplo para estar en paz". 

Al contrastar este verso con Lucas 10:27, vemos que estar en paz con otros depende en gran manera de nuestro amor propio. Depende de la forma en que nos valoremos, nos amemos y nos respetemos a nosotros mismos.

Descubrí entonces, que la raíz de tanto problema existencial en las personas, la raíz de tanta violencia, envidia, pérdida de valores, disensiones y altercados entre vecinos y familiares, es precisamente la pérdida de una identidad propia basada en el amor de nuestro propio ser.

En mi ciudad Siguatepeque, a pesar de tener mas de 100 iglesias (solamente evangélicas) impera en muchas personas una baja auto-estima y un sentimiento de envidia y un contrastante egocentrismo que realmente asustan. En las redes sociales, he visto una desmedida pérdida de valores y amor propio, especialmente en los jóvenes. Con dolor y terror, he visto como jovencitos y jovencitas hacen uso de esas redes, como Facebook, para colocar fotografías en poses extremadamente "sensuales" y para hacer alarde de una depravación que en casa no podrían siquiera mencionar. Recientemente vi el perfil de una niña de apenas 12 años, estudiante de un instituto de educación media de esta ciudad, colocando fotos en las que sale con su uniforme escolar, pero levantando su faldita de manera que se puedan mostrar sus piernas. Eso me disgustó, porque a tan corta edad está despierta en ella una malicia que los niños a su edad no deberían tener. Pero mas me disgustó y me llenó de rabia, ver los comentarios que algunos tipos de diversas edades le hacían: "mmm bebita que linda estás" o "quiero conocerte nena, que piernitas tan ricas" y cosas por el estilo...

Me llena de indignación saber que existen esos mal llamados "hombres" que vuelcan en esas redes sociales toda una suerte de vulgaridades y cochinadas que si las dijeran libremente podrían enfrentar la justicia.

La niña en mención, incluso utilizó fotografías de una modelo de sur américa para crear un perfil con el nombre de esa persona, solo para conseguir mas "contactos" de personas de todas las edades. Ella se hace pasar por esa persona famosa, solo para sentirse bien, admirada y popular. Ese ya no solo es un problema de baja auto-estima. Ese es un problema en el que esa persona corre el peligro de llegar a padecer un trastorno mental llamado "Trastorno de identidad Disociativo", antes llamado "Trastorno de personalidad múltiple"

Si hay personas capaces de llegar a estos extremos, impulsadas por diversos motivos tales como: traumas por la separación de sus padres, una familia disgregada, hermanos o hermanas en problemas de drogadicción, entre otros; no es extraño entonces saber porqué nuestra sociedad sufre tantas violencias. 

La Raíz del problema es la falta de amor propio. 

Si no somos capaces de amarnos a nosotros mismos, si no podemos respetarnos de manera que podamos cuidar nuestros propios cuerpos y almas, entonces será imposible poder respetar a otros.

Es tiempo ya de empezar a cambiar la perspectiva desde la cual nos miramos a nosotros mismos. Pero no se trata de tener un concepto egocentrista, como el trastorno narcisista de la personalidad, en que la persona sobreestima sus habilidades y tiene una necesidad excesiva de admiración y afirmación.

Se trata de tener un balance de amor propio en el que nos aceptamos tal y como somos, y reconocemos las cosas que debemos cambiar, y hacemos el esfuerzo por cambiar. Es una condición en la que no nos importa si gustamos a la gente o no, pero respetamos a los demás por la forma en que nos miran. Se trata de saber reconocer cuando debemos abandonar prácticas que apoyan el detrimento de nuestra salud mental (como la pornografía, la masturbación, los jeugos de video violentos, etc.) o de nuestra salud física (trastornos alimenticios, uso de drogas o alcohol, uso de ropas o prendas apretadas o que perforan y dañan el cuerpo) para bienestar nuestro y de los que nos rodean.

Al final de cuentas, se trata de buscar lo que dice Proverbios 3:4

"Y hallarás gracia y buena opinión ante los OJOS DE DIOS y de los hombres"

pero en ese orden. No buscar la aprobación de los demás (que generalmente tienen una apreciación equivocada de nosotros), sino primeramente tratar de vernos a través de los ojos de Dios. En el caso de las niñas, adolescentes o jovencitas, verse a sí mismas "como a vaso mas frágil", "la niña de los ojos de Dios" o "princesas hijas del Dios Altísimo"

En el caso de los jovencitos, verse como a "guerreros de Dios", "Príncipes" u "hombres conforme al corazón de Dios". 

Si deseamos encontrar ese balance en nuestras vidas y empezar a amarnos a nosotros mismos de una manera guiada por Dios (sin narcisismos o baja auto estima) para así poder empezar a amar y respetar a los demás, recomiendo seguir tres simples, pero poderosos pasos:

1. Buscar una relación personal y privada con Dios. No es solamente asistir a una iglesia. Se trata de tener una relación directa con el Creador, de forma que le hablemos a diario, y permitirle a El que nos hable.

2. Buscar a la luz de la Biblia, el concepto que Dios tiene de nosotros, para con esto llegar a tener una auto-estima saludable, reconociendo que fue El quien nos creó (Salmo 139:13-18)

3. Dejar todo lo que destruya la imagen que tenemos de nosotros mismos. Esto incluye:

amigos dañinos, redes sociales, actividades dañinas (como lecturas o sitios de internet pornográficos), ver videos musicales que muestran prácticas anti-sociales o vulgares, o permitir que otra gente nos trate como ellos quieran. En esto último, he escuchado jóvenes que entre ellos se llaman: "hey basura" o "hey vos zorra" o "vení hijueputa" a lo que los otros jóvenes contestan normales y hasta con una sonrisa como si lo que les dijeron fue un elogio.

Finalmente, nosotros como padres somos los primeros llamados a ser un ejemplo para vivir en paz. Pensemos en nosotros mismos y nuestras familias, y las consecuencias que podemos tener, antes de sonar las bocinas de nuestros vehículos como dementes, o gritarle a la dependienta de un mercado para que se apresure, o de querer ser "vivos" y tratar de adelantarnos en las filas de los bancos u otros lugares públicos. Respetémonos a nosotros mismos, al no ingerir bebidas alcohólicas como si fuera la última gota de agua fresca de la tierra, o no fumar de manera que parezcamos chimeneas de tren, o tratando a nuestros cónyuges como si fuesen nuestro mas preciado y delicado tesoro.

Dediquemos tiempo a estar con nuestros hijos e hijas y seamos francos y abiertos con ellos, de manera que no necesiten encontrar en la calle lo que requieren de nosotros.

Seamos sus amigos, sus guías, sus líderes. Que no vean ellos en nosotros un ejemplo de violencia, de ineptitud o terquedad, para que ellos nunca sean así. Brindémosles amor, refugio, apoyo. Seamos de verdad sus padres!!

Y jóvenes, cuando no tengan en casa todas esas cosas y esos bellos ejemplos, no lo busquemos en cualquier esquina. No busquen el amor del papá ausente en cualquier hombre que solo verá en ustedes un objeto sexual. No busquen el calor de familia en "amigos" que solo tratarán de llevarte a prácticas que pueden dirigirles a la destrucción de su cuerpo y de su alma. 

Amen, pero no se entreguen. Busquen amistades, pero no les brinden su confianza total. Pero, sobre todo, busquen a Dios para que les permita tener un sano concepto de si mismos. Al amarnos de una manera correcta, seremos mas capaces de amar a nuestros prójimos y de tener paz en todo y con todos.

Dios nos guíe a ser mejores cada día!!! Bendiciones!!!

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